por Marta Miguel
Si bien la perspectiva de contraer COVID-19 ocupa los pensamientos de muchos estadounidenses a diario, hay otros problemas de salud que han pasado desapercibidos este año. Algunas personas han pasado por alto sus propios síntomas de enfermedades graves y posponen el tratamiento, mientras que otras no han notado el dolor sustancial que sufre un ser querido debido a un diagnóstico como el cáncer.
Nuestra atención ha sido capacitada en atender los daños colaterales de la pandemia del coronavirus, como asegurar que los hospitales cuenten con suficientes equipos de protección personal y alimentar a las familias que se encuentran sin trabajo. Pero mientras surgen nuevos casos de virus, también lo hacen las amenazas de otros problemas de salud como el cáncer. En otras palabras, los problemas de salud que estaban con nosotros antes de la pandemia todavía están con nosotros.
Recibir la noticia de que tiene cáncer
Lo bien que acepte un diagnóstico de cáncer depende de sus experiencias personales, dice un artículo de la Instituto Nacional del Cáncer. Sus valores juegan un papel en la forma en que enfrenta los síntomas y determinan algunas de las decisiones que toma. Algunos pacientes con cáncer recurren al apoyo de sus seres queridos o de profesionales de la consejería, mientras que otras personas tienden a reservarse el apoyo para proteger a sus familiares y amigos de compartir la carga con ellos.
“Decidas lo que decidas, es importante hacer lo correcto para ti y no compararte con los demás”, dice el artículo. “Tus amigos y familiares pueden compartir algunos de los mismos sentimientos. Si se siente cómodo, comparta esta información con ellos”.
Algunas de las reacciones más naturales ante un diagnóstico de cáncer son:
- Miedo
- Ira
- Negación
- Esperar
- Soledad
- Gratitud
- Culpa
- Depresión
Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades No COVID
Un artículo de NPR dice que hay cada vez más evidencia de que las personas no buscan asistencia de emergencia debido al temor de contraer el coronavirus. Las visitas a la sala de emergencias por problemas cardiovasculares han disminuido y los pacientes han muerto porque esperaron demasiado para informar los síntomas. Del 1 al 15 de abril de 2020, el hospital de la Universidad de Washington experimentó una caída del 60 por ciento en la tasa de admisión de pacientes que sufrían accidentes cerebrovasculares. Los datos de algunas ciudades estiman que las visitas a la sala de emergencias se han reducido en casi la mitad del número promedio y las estadísticas muestran un volumen de llamadas al 911 mucho más bajo.
Para los pacientes y sobrevivientes de cáncer, la precaución adicional es un estándar necesario cuando se trata de la amenaza del coronavirus. Con toda probabilidad, un paciente que recibió tratamiento contra el cáncer en un pasado distante tendrá una función inmunológica adecuada para sobrevivir a la infección, pero varía entre los individuos. Un paciente con cáncer que actualmente está recibiendo quimioterapia o un trasplante de médula ósea puede tener un sistema inmunológico comprometido y, por lo tanto, tener un mayor riesgo de contraer coronavirus. Las personas en riesgo deben consultar con sus cuidadores para tomar las máximas precauciones contra la exposición.
Otro resultado de la pandemia es el retraso en el tratamiento de enfermedades no relacionadas con el COVID, como las cirugías de cáncer, que pueden tener consecuencias fatales. Según un artículo de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, se han implementado protocolos como el distanciamiento espacial y el uso de cubrebocas en clínicas y centros médicos para que los pacientes se sientan más seguros al recibir tratamiento contra el cáncer, lo que puede reducir esta tendencia.
Prevención de la exposición al COVID-19
Hay algunas cosas que puede hacer para reducir sus posibilidades de contraer COVID-19.
- Higiene – Asegúrese de lavarse las manos durante 20 segundos o más durante el día, especialmente después de haber tocado algo que haya estado expuesto a otras personas o haya estado en entornos con otras personas. Use agua y jabón o un desinfectante que contenga al menos un 60 % de alcohol.
- Minimice el contacto facial – Al evitar que sus manos se toquen la nariz, la boca y los ojos, reduce la posibilidad de que el virus ingrese a su cuerpo.
- distanciamiento espacial – También llamado distanciamiento social, permanecer a seis pies de los demás reducirá el riesgo de transmitir el COVID-19 de una persona a otra.
- Máscaras – Use una cubierta de tela para la cara cuando esté cerca de otras personas como barrera contra la contaminación cruzada de gotitas que pueden transmitir el virus.
- Quedarse en casa – Si tiene síntomas físicos de alguna enfermedad, quédese en casa a menos que necesite atención médica.
- superficies limpias – Tenga a mano un desinfectante para limpiar las superficies diariamente y después de su uso. No olvide las manijas de puertas, grifos, inodoros, estufas y refrigeradores.
- Evita viajar – Reducirá la posibilidad de contraer el virus y enfermarse si cancela sus planes de viaje y se queda en casa.
Además de evitar la exposición al virus, los pacientes con cáncer deben ser conscientes de los mayores riesgos para su salud. Mantenga a sus profesionales médicos cerca, pero también refuerce su sistema de apoyo de salud mental porque la necesidad de luchar en múltiples frentes es un factor estresante adicional que amenaza su bienestar general.
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