5 vertebra lumbar desplazada

5 vertebra lumbar desplazada

Espondilolisis

Los autores evaluaron el desplazamiento lumbar degenerativo en una cohorte de base poblacional de 217 hombres y 400 mujeres a los que se les realizaron radiografías lumbares laterales a la edad media de 54 años y de nuevo a los 79 años, y que habían completado entrevistas sobre los síntomas de la espalda y el rendimiento funcional en relación con el examen de seguimiento.
El desplazamiento degenerativo de las vértebras lumbares puede causar inestabilidad, compresión de las raíces nerviosas y estenosis espinal. Se desconoce su incidencia en la población de edad avanzada y su asociación con el dolor de espalda y la discapacidad.
Los autores evaluaron la prevalencia e incidencia del deslizamiento degenerativo a partir de radiografías lumbares laterales realizadas con 25 años de diferencia y su asociación con el dolor de espalda y la discapacidad física a partir de entrevistas realizadas en relación con el examen de seguimiento.
En el examen de seguimiento, 23 (12%) hombres y 100 (25%) mujeres habían desarrollado un deslizamiento degenerativo superior a 3 mm; dos de ellos ya lo tenían en el momento inicial. Se encontró un desplazamiento hacia adelante en 8 hombres y 76 mujeres (P < 0,0001 para la diferencia entre los géneros) y uno hacia atrás en 16 hombres y 35 mujeres. Por término medio, el deslizamiento hacia delante fue del 18% +/- 5,5, y el deslizamiento hacia atrás, del 15% +/- 4,0 del diámetro anteroposterior de la vértebra inferior. En el momento de la segunda radiografía lumbar, 39 (32%) de los sujetos con deslizamiento, en comparación con 90 (19%) de los controles, tenían dolor, molestias o rigidez en la espalda la mayoría de los días (P = 0,001). Tras ajustar por la esclerosis de la placa terminal, que también estaba relacionada con el dolor (P = 0,015), el deslizamiento seguía estando asociado con los síntomas diarios de la espalda (P = 0,009). Sin embargo, los sujetos con deslizamiento no habían experimentado más síntomas de espalda durante el año anterior o en edades más tempranas de la vida, y no informaron de más discapacidad que los controles.

Espondilolistesis

Las fracturas de la columna vertebral pueden variar mucho en cuanto a su gravedad. Algunas fracturas son lesiones muy graves que resultan de un traumatismo de alta energía y requieren tratamiento de urgencia. Otras fracturas pueden ser el resultado de un acontecimiento de menor impacto, como una pequeña caída, en una persona mayor cuyos huesos están debilitados por la osteoporosis.
La mayoría de las fracturas de la columna vertebral se producen en la columna torácica (parte media de la espalda) y lumbar (parte baja de la espalda) o en la conexión de ambas (unión toracolumbar). El tratamiento depende de la gravedad de la fractura y de si el paciente tiene otras lesiones asociadas.
Las fracturas de la columna vertebral también pueden estar causadas por una insuficiencia ósea. Por ejemplo, las personas con osteoporosis, tumores u otras afecciones subyacentes que debilitan el hueso pueden fracturarse una vértebra incluso durante eventos de menor impacto, como alcanzar o girar o caer desde una altura. Estas fracturas pueden desarrollarse de forma inadvertida durante un periodo de tiempo, sin síntomas ni molestias hasta que el hueso se rompe.
Hay diferentes tipos de fracturas de la columna vertebral. Los médicos clasifican las fracturas de la columna torácica y lumbar en función del patrón específico de la fractura y de si existe una lesión de la médula espinal. La clasificación del patrón de la fractura ayudará a su médico a determinar el tratamiento adecuado.

5ª vértebra lumbar

Las fracturas de L4 y L5 difieren de las de la unión toracolumbar. Las diferencias tienen que ver con la anatomía, la biomecánica, las opciones de tratamiento y la clasificación. La rareza de estas lesiones es evidente por su limitada discusión en la literatura. El tratamiento debe ser individualizado y las recomendaciones para el tratamiento de los traumatismos toracolumbares no pueden trasladarse necesariamente a las fracturas lumbares bajas.
La clasificación y nomenclatura de la AO para las fracturas toracolumbares no puede aplicarse de forma útil a las fracturas de L4 y L5. Este sistema de clasificación excluiría algunos tipos de fracturas comunes e incluiría subgrupos poco frecuentes. La fractura por compresión y estallido (tipo A) se produce en la columna lumbar baja. Las fracturas de tipo B (Chance, etc.) son excepcionalmente raras (Khare et al 1989). Las fracturas de tipo C (dislocaciones de fracturas inestables en rotación) difieren de las observadas en la unión toracolumbar y justifican su propio sistema de clasificación. Cualquier sistema de clasificación de las fracturas lumbares bajas debería incluir las fracturas de apófisis (transversas o espinosas), las fracturas asociadas a traumatismos sacros y pélvicos (Leone 1997) y las luxaciones por fractura de L5 (también consideradas espondilolistesis traumáticas) (Aihara 1998).

Grado de espondilolistesis

La mayoría de las hernias discales se producen en la parte inferior de la columna lumbar, especialmente entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar y entre la quinta vértebra lumbar y la primera vértebra sacra (los niveles L4-5 y L5-S1).
La enfermedad discal lumbar está causada por un cambio en la estructura del disco normal. La mayoría de las veces, la enfermedad discal se produce como resultado del envejecimiento y de la descomposición normal que se produce dentro del disco. A veces, una lesión grave puede provocar la hernia de un disco normal. Las lesiones también pueden hacer que un disco ya herniado empeore.
Aunque la edad es el riesgo más común, la inactividad física puede provocar la debilidad de los músculos de la espalda y el abdomen, que pueden no sostener la columna vertebral adecuadamente. Las lesiones de espalda también aumentan cuando personas que normalmente no son activas físicamente participan en actividades demasiado extenuantes. Los trabajos que requieren levantar objetos pesados y torcer la columna vertebral también pueden provocar lesiones de espalda.
Si estas medidas fallan, es posible que necesite una intervención quirúrgica para extirpar la hernia de disco. La cirugía se realiza bajo anestesia general. El cirujano le hará una incisión en la parte baja de la espalda sobre la zona en la que está la hernia discal. Es posible que se extraiga algo de hueso de la parte posterior de la columna vertebral para acceder al disco. El cirujano extraerá la parte herniada del disco y las piezas sueltas que queden en el espacio discal.