Malformaciones congenitas de la columna vertebral

Malformaciones congenitas de la columna vertebral

Lordosis congénita

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Las anomalías congénitas de la columna vertebral son trastornos de la columna vertebral que se desarrollan muy temprano en la vida. Algunas de estas condiciones pueden causar una alineación anormal de la columna vertebral. Otras pueden afectar a los nervios, causando problemas para mover los brazos o las piernas, problemas para ir al baño o dolor.
Muchos trastornos congénitos de la columna vertebral están relacionados con la espina bífida. Los bebés que nacen con espina bífida abierta o mielomeningocele pueden tener un defecto abierto en la espalda en el que la piel sobre la médula espinal no se forma correctamente y los nervios quedan expuestos. La espina bífida oculta es una afección que no es tan grave como un defecto abierto: los niños pueden tener anomalías en los huesos, que pueden o no causar síntomas.
Hay muchas opciones de tratamiento para los niños. El tratamiento se centra en reducir el dolor, restaurar la función y corregir las anomalías perjudiciales. El pronóstico de su hijo dependerá de la gravedad de su enfermedad. Los tratamientos incluyen:

Anomalías congénitas de la médula espinal

Las anomalías del desarrollo de la médula espinal pueden producirse de forma aislada o en asociación con anomalías de la columna vertebral y las estructuras viscerales. El término disrafismo espinal se refiere a un grupo de anomalías congénitas de la columna vertebral en las que las estructuras de la línea media no se fusionan. Si la lesión se limita a los arcos óseos posteriores en uno o más niveles, se denomina espina bífida. La espina bífida simple de la columna lumbar inferior es un hallazgo radiográfico común, especialmente en niños, y por sí misma no tiene importancia; en cambio, la espina bífida ósea puede acompañar a cualquiera de las diversas anomalías complejas que afectan a la médula espinal, las raíces nerviosas, la duramadre y la vejiga, el recto y los órganos genitales. En estos casos, el disrafismo espinal es una fuente importante de discapacidad en niños y adultos.
El disrafismo espinal suele dividirse en dos síndromes distintos: (1) La espina bífida cística, que incluye el mielomeningocele, se caracteriza por la herniación de la médula espinal y los nervios a través de un defecto en la piel y es fácilmente aparente al nacer e incluso visible en los estudios de imagen prenatales. (2) La espina bífida oculta es menos evidente; las estructuras nerviosas están cubiertas por piel de espesor total y los signos externos suelen ser sutiles. Es importante reconocer esta afección lo antes posible, ya que la cirugía suele realizarse de forma profiláctica para evitar el daño neurológico progresivo.

Anomalías vertebrales congénitas

Las deformidades vertebrales congénitas son trastornos de la columna vertebral que se desarrollan en un niño antes de nacer. Las vértebras no se forman correctamente en las primeras etapas del desarrollo fetal, lo que provoca problemas estructurales en la columna vertebral y la médula espinal.
Los pediatras suelen detectar las deformidades de la columna vertebral al nacer si hay alguna curvatura anormal en la espalda. A veces, estas deformidades pueden no notarse hasta la infancia o la adolescencia, cuando los síntomas empeoran. Los signos físicos de las deformidades congénitas de la columna vertebral son:
El tratamiento suele centrarse en evitar que las deformidades congénitas de la columna empeoren, más que en corregirlas. Dependiendo del tipo y la gravedad de la afección de su hijo, el pediatra puede recomendar una o varias de las siguientes opciones de tratamiento:
Desde esguinces y distensiones hasta afecciones congénitas complejas, el Children’s National Hospital ofrece una de las consultas de ortopedia pediátrica más experimentadas del país, con experiencia en el tratamiento de todas las áreas, desde la cabeza hasta los pies.

Anomalías congénitas de la columna vertebral ppt

Existen numerosas variantes de malformaciones congénitas del hueso y los tejidos blandos de la cabeza y la columna vertebral, entre ellas los defectos del tubo neural, como la espina bífida, los encefaloceles, las malformaciones de Chiari y los quistes aracnoideos.
Se trata de una afección en la que partes del cerebro -las amígdalas cerebelosas- sobresalen por la abertura inferior del cráneo hacia la parte superior de la columna vertebral, lo que puede ejercer presión sobre el cerebro o la médula espinal. Las malformaciones de Chiari pueden bloquear el flujo de líquido cefalorraquídeo y provocar hidrocefalia.
Los tratamientos suelen centrarse en eliminar partes del hueso y del tejido blando para aliviar la presión sobre la médula espinal y el cerebro, así como en proporcionar nuevas vías para el drenaje del líquido cefalorraquídeo. Los cirujanos disponen de varios métodos para tratar estas malformaciones, como la descompresión, con o sin duraplastia (abrir la duramadre, la gruesa membrana que recubre el cerebro).
Los niños que han desarrollado una hidrocefalia como consecuencia de un encefalocele necesitarán un tratamiento para esa condición, a menudo con una derivación de líquido cefalorraquídeo. La derivación es la colocación de un tubo en la zona abierta (ventrículo) del cerebro que permite que el líquido cefalorraquídeo drene al abdomen del niño o a otro lugar donde pueda reabsorberse de forma segura en el organismo.