Primera y segunda vertebra
Vértebras cervicales
La médula espinal propiamente dicha comienza como una continuación de la médula oblonga del cerebro a nivel del foramen magnum del cráneo. A lo largo de su recorrido, la médula espinal da lugar a 31 pares de nervios espinales: 8 cervicales, 12 torácicos, 5 lumbares, 5 sacros y 1 coccígeo. En general, los nervios espinales salen por debajo del pedículo de la vértebra que les da nombre. Por ejemplo, el nervio espinal T3 sale por el agujero intervertebral entre la 3ª y 4ª vértebra torácica. En la región cervical, esta regla no se aplica. Aunque la región cervical de la columna vertebral tiene 7 vértebras, hay 8 nervios espinales cervicales. El nervio espinal C1 sale por encima de la vértebra C1, el nervio espinal C2 sale por el agujero intervertebral entre la primera y la segunda vértebra cervical, etc. Este patrón se mantiene hasta el nervio espinal C8, que sale entre las vértebras C7 y T1. El nervio que sale por debajo de la vértebra T1 es el nervio espinal T1. Esta relación es bastante confusa en palabras, pero es bastante clara cuando se estudia en un diagrama. La médula espinal termina a nivel de la primera o segunda vértebra lumbar como el cono medular. Caudal al cono medular se encuentran las raíces nerviosas de los nervios espinales más caudales que se denominan colectivamente, debido a su aspecto, la cauda equina (cola de caballo).
Síntomas de las lesiones nerviosas c1-c2
Aunque todas las lesiones medulares (SCI) pueden ser peligrosas y alterar la vida de las personas que las sufren, hay una variedad de lesión medular, en particular, que se considera la peor: una lesión que cae dentro de la médula espinal cervical – específicamente en el nivel de lesión medular C1 y C2.
Las lesiones de la columna cervical en las vértebras C1 y C2 representan sólo el 2% de todas las lesiones medulares. Aunque se consideran las más graves de todas las lesiones de la médula espinal, los efectos de estas lesiones pueden variar en función de la integridad del daño.
A efectos de identificación, la médula espinal se divide en varias secciones que se corresponden con la sección vertebral de la columna en esa zona. Siga leyendo para obtener más información sobre los fundamentos de estas lesiones, el pronóstico previsto y los últimos tratamientos disponibles.
Las vértebras de la columna vertebral se encargan de proteger la médula espinal, que es un haz de nervios que transmite mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Juntas, la columna vertebral y la médula espinal están cubiertas por una membrana protectora, formando la columna vertebral. La columna vertebral, que se extiende desde la parte inferior del cráneo hasta por encima de las caderas, soporta todas las formas de movimiento: levantarse, darse la vuelta en la cama, ponerse de pie, correr y agacharse.
Vértebra del atlas
La columna vertebral está formada por 33 huesos individuales apilados uno encima de otro. Esta columna vertebral constituye el principal soporte del cuerpo, permitiéndole mantenerse erguido, doblarse y girar, al tiempo que protege la médula espinal de las lesiones. Unos músculos y huesos fuertes, unos tendones y ligamentos flexibles y unos nervios sensibles contribuyen a una columna vertebral sana. Sin embargo, cualquiera de estas estructuras afectadas por una tensión, una lesión o una enfermedad puede causar dolor.
Vista de lado, la columna vertebral de un adulto tiene una curva natural en forma de S. Las regiones del cuello (cervical) y la espalda baja (lumbar) tienen una ligera curva cóncava, y las regiones torácica y sacra tienen una suave curva convexa (Fig. 1). Las curvas funcionan como un muelle enrollado para absorber los golpes, mantener el equilibrio y permitir la amplitud de movimiento en toda la columna vertebral.
Los músculos abdominales y de la espalda mantienen las curvas naturales de la columna vertebral. Una buena postura implica entrenar el cuerpo para estar de pie, caminar, sentarse y tumbarse de manera que la columna vertebral sufra la menor tensión posible durante el movimiento o las actividades en las que se soporta el peso (véase Postura). El exceso de peso corporal, la debilidad de los músculos y otras fuerzas pueden afectar a la alineación de la columna vertebral:
Segunda vértebra cervical
En el caso de las fracturas de la columna vertebral, la parte más importante de la anatomía de la columna vertebral que debe comprender son las vértebras. Son los huesos que componen la columna vertebral. Las fracturas vertebrales también pueden afectar a otras partes de la columna vertebral -los nervios, la médula espinal, los ligamentos, etc.- y este artículo hablará de ellas más adelante.
Entre las vértebras hay discos intervertebrales. Estos discos funcionan como cojines que absorben los impactos de los movimientos. Los discos son los que permiten a la columna vertebral moverse en múltiples direcciones. Están formados por dos partes: el centro del disco se llama núcleo pulposo y la parte exterior es el anillo fibroso. Es útil pensar en el disco como un donut de gelatina: el núcleo está compuesto por una sustancia gelatinosa, y a su alrededor está el anillo más duro que mantiene la «gelatina».
Los discos intervertebrales y las vértebras crean el canal espinal, que protege la médula espinal y los nervios raquídeos. En la imagen de arriba puedes ver la médula espinal bajando por el centro de las vértebras, y puedes ver los nervios que salen del canal espinal y se dirigen a varias partes del cuerpo, donde te ayudan a sentir y a moverte.