Vertebra atlas sin nombres
Vértebra del atlas
Hay 33 vértebras en tu columna vertebral. ¿O son 24? No importa: ambos números son correctos. Naces con 33, pero el sacro y el cóccix se fusionan con el resto de la columna vertebral, por lo que son 24 cuando eres adulto.
De esas 24 (sin contar el sacro y el coxis), dos vértebras tienen la suerte de tener nombre. El atlas (C01) y el axis (C02) son dos de las vértebras más importantes de la columna vertebral. Sin ellas, el movimiento de la cabeza y el cuello sería imposible. El atlas y el axis son los dos huesos más superiores de la columna vertebral y forman parte de las siete vértebras cervicales. El atlas es el hueso más superior, situado justo debajo del cráneo; le sigue el axis. Juntos sostienen el cráneo, facilitan el movimiento del cuello y protegen la médula espinal. (Piense en ellos como amigos íntimos: no encontrará uno sin el otro).
A diferencia de las demás vértebras, el atlas no tiene una apófisis espinosa. En su lugar, tiene forma de anillo y consta de un arco anterior y otro posterior, así como de dos masas laterales. Las apófisis transversas (las protuberancias óseas situadas a ambos lados del anillo) sirven como puntos de unión de los músculos que ayudan a girar la cabeza. Los forámenes (los agujeros) dan paso a la arteria y la vena vertebrales.
Vértebras
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En anatomía, el atlas (C1) es la vértebra cervical más superior (primera) de la columna vertebral y se encuentra en el cuello. Recibe el nombre de Atlas de la mitología griega porque, al igual que Atlas sostenía el globo terráqueo, sostiene toda la cabeza[1].
El atlas es la vértebra más alta y, junto con el axis (la vértebra que está por debajo), forma la articulación que conecta el cráneo con la columna vertebral. El atlas y el axis están especializados para permitir un mayor rango de movimiento que las vértebras normales. Son responsables de los movimientos de inclinación y rotación de la cabeza.
Retroalimentación
La columna vertebral se extiende desde el cráneo hasta la pelvis y está formada por 33 huesos individuales denominados vértebras. Las vértebras se apilan unas sobre otras agrupadas en cuatro regiones:
La columna cervical se divide a su vez en dos partes: la región cervical superior (C1 y C2) y la región cervical inferior (C3 a C7). La C1 se denomina Atlas y la C2 Eje. El occipucio (CO), también conocido como hueso occipital, es un hueso plano que forma la parte posterior de la cabeza.
El Atlas es la primera vértebra cervical y por eso se abrevia C1. Esta vértebra sostiene el cráneo. Su aspecto es diferente al de las demás vértebras de la columna vertebral. El atlas es un anillo de hueso formado por dos masas laterales unidas por delante y por detrás por el arco anterior y el arco posterior.
El Axis es la segunda vértebra cervical o C2. Es una apófisis roma en forma de diente que se proyecta hacia arriba. También se denomina «densa» (diente en latín) o apófisis odontoide. La densa proporciona una especie de pivote y cuello que permite a la cabeza y al atlas girar alrededor de la densa.
Movimiento del atlas y del eje
La columna vertebral está formada por 33 huesos individuales apilados uno encima de otro. Esta columna vertebral constituye el principal soporte del cuerpo, permitiéndole mantenerse erguido, doblarse y girar, al tiempo que protege la médula espinal de las lesiones. Unos músculos y huesos fuertes, unos tendones y ligamentos flexibles y unos nervios sensibles contribuyen a una columna vertebral sana. Sin embargo, cualquiera de estas estructuras afectadas por una tensión, una lesión o una enfermedad puede causar dolor.
Vista de lado, la columna vertebral de un adulto tiene una curva natural en forma de S. Las regiones del cuello (cervical) y la espalda baja (lumbar) tienen una ligera curva cóncava, y las regiones torácica y sacra tienen una suave curva convexa (Fig. 1). Las curvas funcionan como un muelle enrollado para absorber los golpes, mantener el equilibrio y permitir la amplitud de movimiento en toda la columna vertebral.
Los músculos abdominales y de la espalda mantienen las curvas naturales de la columna vertebral. Una buena postura implica entrenar el cuerpo para estar de pie, caminar, sentarse y tumbarse de manera que la columna vertebral sufra la menor tensión posible durante el movimiento o las actividades en las que se soporta el peso (véase Postura). El exceso de peso corporal, la debilidad de los músculos y otras fuerzas pueden afectar a la alineación de la columna vertebral: