Cómo desconectarse puede salvar tu verano

Por Genevieve Cunningham

Cómo desconectarse puede salvar tu verano

La conexión constante es el camino del mundo moderno. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a algún lado sin tu teléfono? Es muy probable que ni siquiera puedas recordar. La mayoría de nosotros nos sentimos un poco perdidos sin esta conexión, como una atadura que une nuestro cerebro y nuestros pensamientos con los de los demás. Cuando se corta la atadura, nos quedamos en el limbo preguntándonos qué hacer con nosotros mismos. Por supuesto, hay muchas razones sólidas para mantener la atadura intacta. Esta comunicación instantánea y continua nos permite hablar con nuestros seres queridos en cualquier momento, nos brinda acceso a información infinita y hace que la mayoría de las cosas en la vida sean más fáciles y ágiles.

Pero no todo es sol y arcoíris. De hecho, por cada ventaja de nuestra conectividad, hay al menos una desventaja. En algunos casos, la desconexión es exactamente lo que necesitas para prosperar. Pero, ¿cómo sabemos cuándo es suficiente? Si ha estado sintiendo la lucha que conlleva estar conectado, eche un vistazo a por qué desconectarse puede ser justo lo que necesita para terminar el verano con fuerza y ​​mejorar su vida en general.

Comencemos con lo físico

No somos necesariamente una sociedad perezosa, pero definitivamente usamos nuestros recursos para hacer las cosas más fáciles. Si podemos hacer nuestro trabajo sin levantarnos del sofá, lo haremos. Si podemos usar nuestro teléfono para preguntarle a nuestro cónyuge que está arriba qué quiere comer, lo haremos. Si podemos enviar por mensaje de texto nuestro pedido de comida al restaurante y recibirlo sin salir de la habitación, lo haremos. Elegiremos la ruta más fácil una y otra vez, y la tecnología ha hecho que la ruta sea más fácil que nunca.

Pero más allá de nuestras malas elecciones con respecto a la inactividad, el uso de la tecnología también fomenta una mala postura. Es probable que aquellos que usan tecnología todo el día sufran un fenómeno conocido como cuello tecnológico, que ocurre cuando inclinamos la cabeza hacia adelante y hacia abajo, lo que permite que la gravedad aumente el peso sobre el cuello. Esta mirada constante a un teléfono, tableta o pantalla está causando dolor. Sin embargo, desconectarse brinda la oportunidad de corregir su postura con el tiempo y puede darle a su cuello el respiro que necesita para sanar.

No olvides la tensión mental

Quizás sean los efectos mentales de la tecnología los más preocupantes. La tecnología es estresante. Debido a que estamos constantemente conectados, sentimos que siempre deberíamos estar trabajando, siempre progresando, siempre disponibles, en sentido figurado, si no literal. Pero esta presión por el desempeño está causando que los niveles de estrés aumenten y se mantengan elevados. Y si finalmente dejamos el trabajo y optamos por el placer, nos bombardean con post tras post sobre la vida de otras personas. Al principio, es agradable ver el mundo de los demás. Pero con el tiempo, empezamos a comparar. Esto genera un nivel de estrés completamente nuevo que nos tiene constantemente preocupados si estamos en el buen camino o si nos está yendo lo suficientemente bien en nuestras propias vidas, o si somos lo suficientemente bonitos o exitosos. Desafortunadamente, la tecnología hace que esto sea casi imposible de evitar. Tomar la decisión de desconectarse es la mejor práctica para aliviar ese estrés.

El poder de la adicción

Aquí está la dura verdad, algo que ninguno de nosotros quiere admitir: somos adictos. Aunque podemos sentir los efectos de la conectividad, básicamente somos los perros de Pavlov. Cuando el teléfono vibra, lo miramos. Nuestros cerebros reciben una pequeña bomba de dopamina con el mensaje de texto o la mención en las redes sociales, lo que significa que hacemos este juego de vibración y verificación del teléfono todo el día, todos los días. No es de extrañar que estemos mirando el teléfono todo el día (vea el cuello técnico arriba). Es una adicción poderosa que requiere fuerza de voluntad y determinación para romperla para siempre.

¿Cómo logramos lo imposible?

Realmente se siente imposible renunciar a la tecnología en nuestro mundo moderno. La atadura es más fuerte, más gruesa y más prominente que nunca. Afortunadamente, no tienes que dejarlo para siempre para ver los beneficios para tu salud y tu vida en general. Según múltiples estudios, un día a la semana es suficiente para que tu cerebro y tu cuerpo tengan la oportunidad de respirar. Recuperarse. Reiniciar. Elija un período de 24 horas para apagar e incluya a todos en su hogar si es posible. Si tiene dificultades, manténgase ocupado. Sal de la casa. Mantener las manos y la mente ocupadas hace que contestar el teléfono sea menos atractivo.

Permitir tiempo para desintoxicarse por completo de la tecnología podría salvar su salud física y mental y al mismo tiempo permitir lo bueno que viene con nuestro enfoque moderno y acelerado de la información y la conexión. La tecnología es una bendición y una maldición. Tome lo bueno, deje lo malo y controle su adicción digital para una mejor salud y una vida más feliz.